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domingo, 1 de marzo de 2015

La fórmula Noruega para terminar con la piratería

Hace relativamente poco publicábamos una entrada en la que comentábamos sobre cómo la sombra de la piratería se ceñía cada vez más cerca del mundo de los audiolibros. Si recordais en esa misma entrada hablába de mi opinión concreta en cuanto a la forma de combatir este fenómeno.

Pues bien, parece que en Noruega han demostrado fehacientemente esta opinión.

Aunque no se refiere a la industria del Audiolibro, si no a la de la música, ya sabemos que hay muchos paralelismos, al menos en lo que se refiere a la forma de comercialización y distribución, entre estos dos mundos.

Primero las cifras (bueno, o algo parecido). Según una encuesta realizada por la organización que representa a la industria fonográfica musical internacional (International Federation of the Phonographic Industry, IFPI), actualmente en Noruega sólo el 4% de los menores de 30 años usan canales de compartición de archivos para obtener música de forma ilegal (según la legislación vigente). Es más, y esta vez para la industria mundial, menos del 1% de las personas menores de 30 años decian para esta encuesta que el intercambio de archivos es su principal fuente para conseguir música.

¿Y como ha conseguido Noruega eliminar prácticamente la descarga de música de forma ilegal en estos últimos cinco años? Pues según los representantes de la propia industria en este país "ofreciendo servicios que son a la vez mejores y más fáciles de usar que las plataformas ilegales".

Y entre estos servicios de calidad los responsables de la industria musical Noruega hacen especial mención a los buenos servicios de streaming con unos precios razonables, normalmente en modelos de suscripción (¿a que os suenan conocidas a los habituales de este blog estas ideas?). De hecho algunas publicaciones especializadas (como TechDirt) ya han escrito repetidas veces sobre las evidencias cada vez más claras de la relación entre la presencia en los distintos países de servicios de streaming de calidad y a precios adecuados y la reducción drástica del número de descargas ilegales en estas regiones. Uno de los países donde se está notando especialmente esta relación desde hace unos años es, como refleja la encuesta de la IFPI, Noruega.

Ofreciendo estos servicios de calidad y de fácil uso en el mercado en Noruega han logrado que su industria musical vuelva a tener una economía sana.

Un hecho igualmente destacable también comentado por los representantes noruegos de la industria musical es que realmente los servicios de streming acaban de empezar y seguro que nos quedan por ver muchas novedades tanto en lo que respecta a los aspectos tecnológicos como a los aspectos de oferta y servicio. Además cuando la población que ahora usa mayoritariamente estos servicios y que ahora son jóvenes crezcan, seguro que vemos cambios ligados no solo a la evolución de los servicios en sí, si no a la exigencia en cuanto a servicios y gustos que esta población tenga pondrá sobre la mesa. Y por supuesto a la evolución de las dinámicas de la industria misma. Por ejemplo ya sabéis que actualmente hay bastante polémica en torno a que algunos artistas consideran que lo que reciben como royalties de los servicios de streming por sus obras es muy escaso y ha habido recientemente sonados abandonos de algunos de ellos de este tipo de servicios. Estas polémicas, aunque es posible que en algunos casos sean artificialmente generadas por gente que ve peligrar sus negocios tradicionales, seguro que hacen cambiar el panorama de una forma u otra.
 Finalmente a todas estas consideraciones sobre la calidad de los servicios yo añado sin duda una que creo casi más importante y es la de la calidad de los contenidos. De nada vale que tengamos unos servicios estupendos si no van acompañados por unos contenidos por los que los usuarios no aprecien que están pagando un precio justo.

Desde luego quien no lo vea es porque no quiere.

Por supuesto yo opino que todas estas reflexiones son completamente trasladables al mundo de los audiolibros.

Para quien tenga curiosidad aquí le dejo un enlace al informe anual del IFPI (en castellano).

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