Al principio era un producto destinado exclusivamente para las personas invidentes. Pero primero en casettes (¿quién se acueda ya de ellas?) y luego en CD, los audiolibros llegaron para todos los públicos hace ya treinta años, en su mayor parte en bibliotecas o bajo petición. Pronto aparecieron en las librerías, aunque ocupando poco más que un estante y a finales de los años 90 las grandes tiendas de libros ya disponían de mayor oferta.
La llegada de internet y la era digital ha y está cambiando muchas cosas, y en el caso de los audiolibros está permitiendo un acceso a ellos de una forma mucho más generalizada y amplia. Y globalizada añadiríamos, cosa que tiene su importancia.
Y la industria de los audiolibros está prosperando, no hay más que ver la cantidad de servicios que al abrigo de la nueva generación de internet móvil y también a una interesante consecuencia de lo que se ha denominado web 2.0 [1] que ha permitido que la producción de los audiolibros se abarate de una forma sustancial, están surgiendo por doquier.
Algunas estimaciones hablan de que el mercado de los audiolibros mueve ya alrededor de los 1.200 millones de dólares.
También signo de la popularidad creciente de los audiolibros es la gran cantidad de voluntarios que prestan su tiempo y su voz a la realización de audiolibros para su puesta a disposición de una forma gratuita y libre en internet, normalmente, aunque no siempre, de textos de dominio público (ya se sabe, el cuidado que hay que tener con estas cosas).
Y como toda tendencia alcista, también tiene sus detractores, al igual que la tiene la cada vez mayor de la lectura de eBooks (frente a sus equivalentes en papel). "Los libros narrados no es lo mismo que leer un libro". Si, claro, evidentemente. Pero ni una cosa ni la otra es mejor o peor, sencillamente son distintas, y pueden convivir.
Aunque en España la industria y el mercado de los audiolibros no ha alcanzado aun el desarrollo que tiene en otros lugares (incluido Latinoamérica, donde las cosas funcionan de otra forma), parece que algo se mueve. Pero entre que el contexto económico no es el mejor que digamos, y entre la "precuación" (dejemoslo ahí) de las editoriales tradicionales y la falta de conocimiento de las posibilidades tecnológicas de las mismas, las pocas aventuras que existen actualmente evolucionan muy poco a poco.
Esperamos que al menos se consoliden y puedan seguir ofreciéndonos sus producciones.
Leed y sed buenos.
[1] Es decir pasar de una web dominada pro el contenido creado por los
responsables de los servicios, 1.0, a una web dominada por los
contenidos creados por los consumidores de los servicios, vease,
youtube, o flickr. La consecuencia a la que nos referiemos no es más que la de la posibilidad de cualquier mortal de crear sus propios contenidos en su casa con una calidad interesante gracias a la tecnología que ya muchos tenemos a nuestra disposición.
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