Ya llega el coco, ya llega. El malo de los bienes digitales empieza a enseñar sus garras en el mundo de los audiolibros.
Y como no me gusta la asociación que se hace de la palabra pirata con estas prácticas, es la última vez que la usaré. Creo que lo mejor sería usar otra palabra para definirlo (es muy sutil el juego de asociar términos o nombres de personas a las actividades que se quiera para generar un pensamiento colectivo concreto).
Es lógico. El crecimiento que desde hace años está teniendo este mundo hace que los que quieren vivir del trabajo ajeno (no voy a hacer chistes) vean el beneficio fácil de robar el contenido de otros y hacer dinero con el, ya sea revendiendolo o cobrando por la publicidad que ponen al lado del contenido que ofrecen gatis. Y parte de la cadena son esos usuarios que no quieren pagar por el contenido que consumen y en muchos casos se acercan a las tiendas (electrónicas) de los ladrones a tomar de forma gratuita (eso creen ellos) los productos robados. Y digo que eso creen ellos porque están pagando, sea en forma de publicidad o sea en forma de una pequeña cantidad de dinero al ladrón por una cantidad ilimitada de contenido robado (este era el caso del famoso megaupload)
Me pregunto que pasaría si se ofrecieran los contenidos a un precio que el usuario viera claramente que es justo pagar. ¿Qué sería de los ladrones si los consumidores sintieran que el precio que pagan es justo y que por tanto lo hacen? Yo al menos he sufrido algunas veces la decepción de comprar un disco y encontrar que menos el corte promocionado, el resto es literalmente basura, mala música, mal arreglo, mala producción... malo todo ¿quién es el estafador entonces?. Conclusión, me siento engañado ¿me dan ganas de volver a pagar por otro disco? pocas. La propia industria lanza a los usuarios a las manos de los ladrones. Este ejemplo vale para cualquiera de las industrias artísticas: música, cine, literatura... y por supuesto audiolibros.
Y sucede una cosa curiosa y es que muchos han puesto y ponen la tirita antes que la herida. Uno de los que creo han sido grandes inhibidores de la evolución del mercado y la industria del audiolibro en España ha sido el gran miedo de las editoriales a usufructo ilegal de los contenidos. Pero vamos, ya antes del desarrollo que estamos viviendo en los audiolibros de las descargas digitales o el streaming y cuando la distribución era posible prácticamente solo en CD. Viendo lo que sucedía en la industria musical los editores y poseedores de derechos de autor de libros de éxito se han negado y siguen negandose a confiar en la industria del audiolibro por el temor a que serán robados. ¿Cual ha sido el resultado? la parálisis absoluta, "como me van a copiar el contenido para comerciar ilegalmente con el, no saco nada". Y como digo, esta creo que es una de las causas importantes de la falta de desarrollo de los audiolibros en España.
Como bien sabéis otros han solucionado este problema de otra forma, con el famoso DRM, controlado así donde (en qué dispositivo) y cuando se reproducen los audiolibros. Hace un buen tiempo ya publicamos una entrada sobre esta teconología y sus implicaciones, creo que sigue teniendo toda la validez y no me repetiré.
Y también existes los medios de perseguir la venta ilegal de contenidos. Al calor de las nuevas tecnologías han surgido distintas empresas a las que puedes pagar para que persigan a los ladrones de tus contenidos y que utilizan básicamente todas la misma estrategia: localizar el contenido ofrecido ilegalmente, verificar que efectivamente es contenido con derechos y recoger evidencias legales, intentar forzar que los sitios que ofrecen ese contenido lo retiren y si ello no funciona acudir a la justicia. Evidentemente para que esto funcione tienen que existir las leyes que se lo permitan (aquí la polémica está servida porque ¿para quien se hacen las leyes?¿para proteger realmente o solo para favorecer a las multinacionales? no entraré en esto por ahora).
El fenómeno es complejo, no solo en cuanto a cómo sucede y cómo combatirlo, también en cuanto al conocimiento del efecto verdadero que tienen estas prácticas en las ventas legales de contenidos. Por supuesto que las empresas que nombramos en el párrafo anterior hablan de que su efecto es enorme "estimando la pérdida de beneficios a nivel mundial debido a la piratería (es como viene en el texto original, no quero cambiar las palabras de otro) en 200 mil millones de dólares americanos anualmente", claro, si no fuera tan gigantesco este efecto estas empresas no serían contratadas. Otros dicen que estas prácticas tiene un efecto muy débil sobre su negocio. Otros creen que la forma de combatirla es precisamente usar sus mismas armas "Cuando la cadena ABC puso sus contenidos en Hulu, a incidencia de la piratería (idem) en estos descendió un 37%".
Yo aun no he visto cifras concretas, ni si quiera correspondientes al mercado anglosajón, de la incidencia del usufructo ilegal de audiolibros. Si he visto algún artículo en el que nombran que está creciendo, pero sin concreción en números y refiriendose a informes que hablan de eBooks o de música
Total que dado que el mundo de los audiolibros está en expansión, y eso atraerá sin dudarlo a los amigos de lo ajeno, este mundo tendrá que enfrentarse al robo de contenidos para venderlos sin permiso si o si, y cada uno tomará las medidas que considere oportunas, dependiendo de las posibilidades de cada uno, y yo particularmente no se cual es la mejor medida (aunque por ahora se que es lo que nosotros hacemos, y vosotros también lo sabeis). Lo que seguro que no es una medida es la de no publicar o editar audiolibros por miedo a que te roben. Lo primero porque otros lo harán y se encontrarán el terreno sin competencia, y lo segundo porque aunque algunos se nieguen a admitirlo, los usuarios están dispuestos en general a pagar por un contenido de calidad, pero no por un contenido "basura". Y bajo mi punto de vista esta es una de las claves.
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